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Escribir es para mí una forma de metabolizar lo que me pasa.

Mezclando lo real con lo que imagino, intento seguir adelante.


jueves, 30 de diciembre de 2010

Reunión.3.0.

No hay caso, si hay un destino, el mío es dormirme en estas ocasiones.
Tipos de traje, impecables como a las 8.00 am pero a las tres de la tarde.
Después del almuerzo. Con estos calores.
Las ventas de productos deberían hacerse a primera hora de la mañana, cuando uno está un poco más despierto. Y lúcido.
Por suerte no concurro a muchas. Las necesarias. Si puedo evitarlas, lo hago.
Hoy estos parecían de una funeraria. Uno -la voz cantante- vestido de azul oscuro, camisa celeste y corbata a rayas en azul y oro. El otro -el que corta el bacalao- de negro, camisa blanca y corbata negra y amarilla.
Fui políticamente correcto todo lo que pude. Una hora exacta.
Luego me volví correctamente político y me dormí.
Y esta vez soñé que me moría (se ve que estos dos influyeron en mi inconsciente). Y que volaba y había viento.

Me gusta el viento cuando no es mucho.

Y digo que me había muerto porque fui a dar con un montón que ya no están de este lado.
Y admito que me gustó. Me gustó el lugar y me gustó el reencuentro.
Estaba ella.
Y estaba bien.
Lo único que esta vez no recuerdo qué pasó cuando desperté, porque despierto y todo ya no presté atención.

Ya se me ocurrirá algo cuando me llamen para pedirme mi opinión.

Qué importa, si allá estaba ella.
Y estaba bien.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Origen: 432

Cansada le dijo: Acá
Y la parió entre cajones,
En una noche
de eclipse
En el almacén del pueblo.

Una muchacha y su novio
Los dos muy jovencitos,
La llamaron Esmeralda.

Un día, Alguien cambió el texto
Y nos vendió la Navidad

jueves, 16 de diciembre de 2010

Cuarenta y seis

El niño sonríe, me mira y me pide. Por primera vez le doy.
Por vez primera no hay asco, temor ni angustia.
Un toque de culpa.
Por tener. Por ser diferente. Yo.

-Con mi hermana estamos jugando a ver quien junta más monedas.
-¿Cómo te llamás?
-Brando.
-¿Brando?
-Sí.
-¿Cuantos años tenés?
- Ocho, chau.

Y se pierde entre los autos. Entre nosotros.
Se me pierde.

A mí, que freno en esa esquina cada vez que el semáforo lo indica desde hace dos años.

Se me pierde el alma al pensar que ganar esa moneda me costó sólo unos segundos.



Y ahí, por el espejo los veo a los dos.

(Chau Brando, hasta mañana
)

martes, 7 de diciembre de 2010

Reunión.2.0.

Y me dormí de nuevo.
Tengo algo con esas reuniones en las que los tipos no paran de hablar intentando convencer a un auditorio que está más para una siesta -como la que tuve yo- que para escucharlo.

Y esta vez volé.

Hacia una Libertad que no tengo. Donde no existen ataduras de ningún tipo.

Ni sociales, ni legales, ni económicas.

Pero aquí estoy de nuevo. Sentado en este ordenador de mi vida.

Cumpliendo mi rol social, legal y económico.

jueves, 2 de diciembre de 2010

opɹәnɔәɹ

Ambos aseguraban recordar que esa estación de trenes no estaba allí la última vez. Ella decía que un viejo comercio de enmarcados había permanecido en ese sitio durante los últimos sesenta años, y él en cambio, juraba que en ese lugar estaba la casa de su abuela.
Lo que ninguno de los dos recordaba era a ese conductor borracho que en su auto rojo los había atropellado cuando se subió a la vereda a muy alta velocidad.

martes, 16 de noviembre de 2010

Sonrisa

Es mi latir. Mi despertar. El motivo para mirarte. Mi luz. Mi sol.
La razón. El encanto. La necesidad.
La alegría y el sentir. La ilusión y el mañana.
Un cuarto de mis cuatro. Mi juguete. Mi Tesoro.



jueves, 11 de noviembre de 2010

Recuerdo.1.0.

Llamas del altiplano

Tenía cuatro, era un mediodía de febrero y volvíamos de la escuela dominical por esa calle de tierra que fue pavimentada (en realidad pavimentada no es lo que quiero decir, a eso acá le llamamos mejorado que es tirar una fina capa de asfalto de mala calidad directamente sobre la tierra aplanada) hace apenas diez años.
Es el recuerdo más antiguo que tengo y lo recuerdo perfectamente. Mi papá, como siempre, unos ocho pasos delante de todos, mi hermano dos años mayor caminando solo y yo de la mano de mi mamá. Estábamos llegando a la casa cuando los divisamos. Un señor a pie sujetando por la correa una llama que a su vez tiraba de una carreta. Para protegerse del sol de esa hora llevaba un sombrero de ala y sobre su hombro izquierdo, una cámara fotográfica de esas en las que el fotógrafo se metía dentro de la tela negra y que había que contener la respiración como para una radiografía.
No lo voy a olvidar mientras viva (quizás el Alzheimer haga algún día un buen trabajo y sí lo olvide).
Siempre me pregunté el por qué de las cosas. Hoy día lo hago. Y con esos escasos años me pregunté por qué se le ocurrió que debíamos tomarnos esa foto familiar.

Y siempre le tuve miedo a los animales, especialmente a los perros.
Esa llama. Tan alta. Tan peluda. Tan fea.

De más está decirles que hubo una sola forma de hacer que subiera a la carreta. Pegarme.

Y por supuesto que el que me pegó fue mi papá y así logró su objetivo: Que sus dos hijos más pequeños tuvieran un recuerdo hecho foto aunque fuera llorando.

Por favor.
(Aunque busqué y busqué, nunca encontré esa foto, así que para aquellos que no tienen idea de cual es el animal del que les hablo, les publico una de llamas en su hábitat: El altiplano)

lunes, 8 de noviembre de 2010

Road And Find

(Jardín de Campitos 36, A.Lerruti)



Me gusta.
Porque escucho de tus labios eso que quiero oír.
Y no es autoengaño,
Hacía rato que esperaba.

Me gusta.
Porque en tus palabras reconozco transparencia.
Y no es autoengaño,
Te conozco.

Me gusta.
Porque mientras escucho tu voz, siento latir tu corazón.
Y no es autoengaño,
El mío lo hace al mismo ritmo.

miércoles, 20 de octubre de 2010

mdq


Viene hacia mí, lo reconozco. Y aunque salió de mí, tomó su forma, se construyó y tiene lo suyo, quiere además lo mío.
Mientras lo enfrento me pregunto por qué. Conozco la respuesta, quiero entender por qué.
Por qué
algunos a quienes tendimos una mano, quieren el brazo que no les pertenece.
Por qué si ayer no tenían nada hoy lo exigen todo.

Esto es mal de muchos. No pregunto por qué a mí.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Seguro

Y dale. Movete un poco que no llegamos. Que dije basta y todavía aguanto un rato más pero no abuses. Arrecia el tiempo y la tarde es corta. Que falta poco para la noche, y tengo tanto por hacer antes de acostarme a tu lado y amarte hasta dormirme, y soñar que con vos estoy seguro, y despertar y ver que no. Que a Seguro lo llevaron preso y seguro estoy de mí, y que si arranco cada mañana en tus brazos es simplemente porque te amo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Mind the GAP


Negando lo insostenible
Delgado por el metal
Bermejo cual leñador
Yáculo sígueme.

Ansioso como abstinente
Malpresagia in extremis orden
Otrora el destino fue
De rojos vellos ausentes

Como apremiado labora
Del día sus horas todas
Calma ninguna encuentra
Sólo en Sodoma.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sueño

Te vi.

Serena por vez primera.
Como nunca, tranquila.
Distante. Precisa.
Audaz.

Y la mañana que te sigue de lejos.
Constante. Madura.
Exacta en la decisión, los pies en la tierra.

Insufla un aire benigno el tiempo (tu amigo)
Invaden la tarde aromas de fresia.
Carretas del bien te acompañan.
Y nunca más sola (la suerte que cambia)

lunes, 4 de octubre de 2010

Desiderata y Adiós

Recuerdo perfectamente el día en que te pedí que dejaras de escribir aquello que querías decirme y podes pensar que ahora soy yo quien se refugia cobardemente en la palabra escrita para evitar mirarte a la cara y decirte todo esto que viene, pero estoy muy cansado de discutir, de gritar y de intentar que entiendas lo que quiero decirte, por eso es que te escribo esta, mi carta de despedida.

Voy a comenzar reconociendo la violencia psicológica que mi indiferencia y la falta de amor demostrada durante los últimos días te generaron. Sin interés de justificar nada, deberás reconocer algún día vos también que me sometiste durante un largo tiempo a lo mismo, quizás desde otro lugar.

Mi orgullo (y me pregunté una y mil veces el por qué) no me permite perdonarte por aquel episodio de hace tres años. Esa es la primera y principal causa de esta separación. No puedo seguir al lado de una mujer a la que por ese motivo lentamente he dejado de querer. No sos una mala mujer, no sos perfecta, tampoco tengo eso para ofrecerle a nadie. Pero nunca recibí una explicación convincente para el por qué lo hiciste ni para la protección que le dabas en lugar de cuidarme cada vez que reaparecía a molestarnos.

Por los distintos episodios de convivencia y la forma de vida dentro de tu casa hace rato que no me hago problemas. Sólo te los marcaba para que pudieras ver, pero qué más da, si a vos no te importaba. Mucho lamento que las situaciones sigan sorprendiéndote y que no tomes las riendas de tu vida.

No quiero volver a verte. Esto se terminó. Y no me esperes porque esta es una decisión tomada.

Ni te digo que te sientas libre porque vos misma te ocupaste durante estos cuatro años de recordarme que siempre fuiste así y eso quedó por demás demostrado. Sos una mujer libre, sólo fiel a sus propios sentimientos que hace únicamente lo que le parece y que pretende que el hombre que está a su lado debe sentirse a gusto viviendo de la forma que proponés.

Por supuesto que de todos los otros te queda el recuerdo de haberte sentido siempre una reina.
A los boliches y a los hoteles se va a eso. Y no lo aprendí de vos. Pero un amante no es lo mismo que un marido y el día a día es otra cosa, por eso tenés tan en claro que no entrará otro hombre a tu casa. Se ve que algo aprendiste.

Mi error fue quedarme a tu lado y pensar que el amor que nos teníamos sería suficiente para estar juntos a pesar de todo y de todos, pero soy un loco suelto que anda por la vida buscando aquello que lo haga feliz y todavía no puedo encontrarlo.

No me llames para hablar de nosotros. No lo intentes. Entendé de una vez que si nos hemos tratado bien durante este último tiempo fue sólo para poder llegar con vida a este día. Suena perverso y tal vez lo sea, pero es la forma que encontré para preservarme.

Me llevó lo que es mío y si dejo algo es porque considero que será de mayor utilidad en tu casa que en la mía. No necesito cosas. Para vivir necesito paz y tranquilidad, ni más ni menos que aquello que no pudiste darme.

Con la seguridad de que no te debo nada, de que por todo lo que me diste también te di yo, te agradezco de corazón el tiempo extra que permitiste que me quedara en tu casa.

Sí te deseo que tengas salud y que prospere tu alma. Que puedas encontrar tu rumbo y que seas muy feliz.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

León

Así se llamaba y durante tres años almorzamos juntos todos los mediodías. No éramos nada pero nos hicimos amigos.
Coincidíamos a la misma hora en un comedor para empleados y jubilados de una asociación.
Por aquella época él era un judío ateo que concurría a las oraciones sólo cuando no había quórum y los paisanos se veían en la obligación de pagar para juntar la gente y yo, un cristiano un tanto fanático que trataba de convertirlo.
El tenía más de setenta y el recuerdo fresco de todas sus andanzas, yo apenas veinte y un larguísimo camino por recorrer.
Soltero él. Casado yo. Tan distintos y tan parecidos.
Un día ya no lo vi. Pregunté por él pero nadie lo conocía. No sabían de quién les hablaba.
Luego me enteré que se había ido.
Ayer lo recordé con mucho cariño aunque reparé en que nunca nos despedimos.
¿Qué fue que hizo que nos conectáramos? ¿Por qué nos buscábamos para almorzar juntos?
Hay personas que no pasan desapercibidas por nuestras vidas. León era uno.
Salud amigo. Donde quiera que estés.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Amores

Hoy me tomo un instante para recordar aquellos amores que no fueron (pudiendo haber sido). Es decir, habían condiciones dadas para continuar la senda juntos pero por alguna razón cada uno siguió por su lado.
El mejor de los recuerdos. El mejor de los deseos.
Buen fin de semana para todos.

martes, 14 de septiembre de 2010

Las hierbas, las verduras y el pez. (Las Imágenes)






Porque las palabras se las lleva el viento éstas deben ser llevadas a la acción.
Les muestro aquí las preparaciones.





Pollo de mar (ó pez ángel, como más les guste) al horno con verduras. En este caso, berenjenas, tomates, calabazas y pimientos rojo y ají. Finas hierbas y aceite de oliva.


La tarta es de manzanas y zanahoria. Guarnición dulce.




Tranquila Laube que como Sano y de rechupete no hay dos.

Saludos cordiales para todos mis amigos. Ustedes.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Las hierbas, las verduras y el pez

Anoche cociné.
Mas esa no fue la novedad.
Tres años hacia acá. Cinco de los siete días.

Anoche cociné.
Mi corazón selecciona cuidadosamente cada ingrediente.
Las hierbas, las verduras y el pez.

Anoche cociné.
Mi alma siente que tu alimento será tu medicina.

Anoche cociné.
Será así de ahora en más.

martes, 7 de septiembre de 2010

Un túnel demasiado largo (Séptima Parte - Final)

Afuera el sol brillaba de un modo especial y una suave brisa dejaba que su luz se colara en la habitación por entre las faldas de la cortina.
Es el fin del verano y las mañanas tienen esa magia por estas latitudes.
Se levantó más tarde que de costumbre. Todo era tan especial.
- Mañana no trabajamos. Le había dicho la noche anterior.
Por eso el pequeño saltó de su cama tan rápido como pudo al sentir el aroma a desayuno que venía desde la cocina del departamento en el que vivían.
Cuando estuvieron listos, lo invitó a ponerse ese guardapolvos impecable que habían comprado juntos la semana anterior y tomándolo de la mano lo acompañó. Había cumplido seis años un mes atrás y hoy era su primer día de clases.
Cinco años más tarde todo era tan diferente, así que orgullosos el uno del otro decidieron que irían caminando.
Después de todo la escuela no estaba lejos. Y estaban felices de estar juntos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Un túnel demasiado largo (Sexta Parte)

Así y todo, la situación no había sido gratis para él tampoco. Con casi cincuenta años y una carga genética desfavorable, debía cuidar su dieta y su cabeza. A él también le habían recomendado minimizar el stress. Pero quién pensaba en eso ahora. La mujer que amaba pasaba más horas en la cama de las que hubiera querido y con mucho esfuerzo se ocupaba de muy pocas cosas. Por temporadas volvía a trabajar, pero agradecía las épocas en las que se quedaba en casa ya que podía estar más cerca de los suyos.
El también quería vivir para ver crecer a su hijo. ¿Qué sería del bebé si le pasaba algo malo a los dos?.
No obstante, basándose en su principio de que se vive un día a la vez, miraba cada amanecer como un desafío.
Su refugio era la lectura. En su mesa de noche estaba Cada nuevo día. Ese libro de reflexiones diarias que había encontrado por causalidad en la última mudanza, cuando todo era tan difícil. Si bien no compartía ya el contexto en el que estaba escrito, sacaba lo que consideraba que era bueno para él y lo aplicaba a su vida.
Parecía mentira que en los últimos ocho años su vida hubiera cambiado tanto.

continuará...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Un túnel demasiado largo (Quinta Parte)

Ya instalado en su nueva casa, él la visitaba todos los días.
Compartían la crianza de su hijo a quien su primera infancia no le permitía entender lo que ocurría pero, a pesar de los cambios, se veía bien.
Estaba más tranquilo y desde esa posición podía acompañarla y hacerse cargo.
La enfermedad, sin embargo, avanzaba. El médico le había dicho luego de los últimos estudios que había actividad en algunos órganos y que debían extremarse algunos cuidados en la dieta y sobre todo, reforzar los períodos de descanso. Con un bebé en casa todas esas recomendaciones pasaban a un segundo plano. Quien ha criado hijos sabe de que se trata. Las manchas en la piel ocupaban el lugar que ocupa la estética en una mujer. La procesión iba por dentro. En todo sentido. Con una amenaza de falla renal, someterse a esas interminables recolecciones de muestras y fluidos expone la intimidad de cualquiera y, aunque ya no vivían juntos, para ella él seguía siendo su marido y hubiera querido que participara de algo bueno, al menos cada tanto.
Ella también lo amaba. Quizá más de lo que él imaginaba. Quizá más de lo que él la amaba a ella, pero desde otro lugar. Desde el que podía. Con hijos adolescentes de un matrimonio anterior no había podido entender que los ensambles forzados no existen y que cuando alguien ha transitado ya la mitad de su vida hay cosas que no resigna. Por eso él había decidido desarmar ese rompecabezas que estaba por la mitad y tirar una vez más los dados tentando a la suerte. Esperando que la vida le diese otra oportunidad.
continuará...

jueves, 2 de septiembre de 2010

Un túnel demasiado largo (Cuarta Parte)

Entonces la acompaño hasta la puerta y se quedó a esperar a que subiera al taxi. Luego preparó el almuerzo del pequeño y se lo ofreció.
Terminó por fin de armar el bolso y se sentó a mirar a su hijo que jugaba con una cuchara en medio de esa casa que ahora estaba vacía.
Vacía de otros.
Vacía de hogar.
Y pensó en esa enfermedad. Y en como a veces este envase que nos contiene se nos vuelve en contra y por mucho que lo cuidemos algo falla. Y en la medicación. Y no pensaba en el dinero, sino en los efectos.
Y evocó lo bella que era y decidió que un verdadero hombre debe hacer lo que debe hacer.
Y volvió a sentir lo mismo que había sentido siempre: Que la amaba con toda su alma. Pero su corazón no dudaba. Lo mejor era seguir hasta el final. Y ver desde afuera como poder con todo lo que se venía.
continuará...

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Un túnel demasiado largo (Tercera Parte)

El bebé comenzó a llorar. Había dormido un rato largo y la hora del almuerzo llegaba puntual. El bolso sobre la cama grande volvía a anunciar lo que ya se sabía, y la cuna en la misma habitación acrecentaba el dolor.
- Es su hora de comer -dijo-. Le preparo.
- Andá que vas a llegar tarde al trabajo, yo me ocupo.
Y comenzó a llorar.
Sentada en la silla del extremo de la mesa le contó que ya no podía más. Desbordada por la situación le pidió que se quedara, que no la abandonara en un momento como ese. Y aunque los dos sabían que "ese" momento no era el motivo, la situación se agravaba debido a la noticia. Le rogó que no se fuera, que le encontrara la vuelta al asunto, y que la ayudara. Que no había nadie que pudiera darle lo que él le daría en un tiempo como el que se avecinaba.
¿Y entonces...?
continuará...

martes, 31 de agosto de 2010

Un túnel demasiado largo (Segunda Parte)

- Hola.
- Hola. ¿Cómo estás?
- (Entregándole el sobre que traía) Son los resultados.
-Ya los vi. Me los mostraste el otro día ¿Qué dice el médico?
- Que es positivo.
- ¿Y qué vas a hacer?
- Comenzar cuanto antes con un tratamiento.
- ¿De qué tipo?
- Unos medicamentos que tienen muchos efectos indeseados. Dice el médico que es un proceso largo y doloroso, que voy a tener días de mucha fatiga y ... ¡¿Por qué no me acompañaste?!
- Me dijiste que querías ir sola, que esto era asunto tuyo, que...
- Necesitaba tenerte a mi lado como nunca...
- Te insistí hasta donde pude, pensé que lo mejor era respetarte.
- Respetarme, sí. A partir de hoy voy a necesitar otras cosas además de respeto. Voy a necesitar cuidados.
- Y vas a tenerlos.
- No los quiero si vienen solos. ¿Te preguntaste que vamos a hacer con él?

continuará...

lunes, 30 de agosto de 2010

Un túnel demasiado largo (Primera Parte)

-Hola... hola... Ah! ¿Qué hacés?
- ... ... ...
-Bien viejo, acá. Preparando un bolso.
- ... ... ...
-Sí. Ya llevé todo. Sólo me faltaban estas pocas cosas.
- ... ... ...
-No, todavía no volvió.
- ... ... ...
-Es que me pidió que no fuera.
- ... ... ...
-Y sí, quiso ir sola.
- ... ... ...
-Está conmigo. Ahora duerme una siesta.
- ... ... ...
-Bueno, gracias. Te cuelgo porque escucho que llega.
- ... ... ...
-Otro para vos.

continuará...

jueves, 26 de agosto de 2010

Cuente su historia, Victoria.

Estaba preparando su bolso como todos los lunes.
- ¿A dónde vas?
- Me voy.
- ¿A dónde?
Durante los últimos diez años la pregunta hacía referencia a la ciudad en la que trabajaría esa semana.
Su marido. Un constructor que descubrió que el negocio para él y su hermano eran las obras en pueblos de los alrededores.
Casas lindas, más cerca del campo que de la plaza. Esas que tienen un aire a barrio cerrado. O eso parecía.
-Victoria, hace cuatro años que estoy con otra mujer y tenemos un bebé de siete meses.

Y se fue. Casi con lo puesto. Llevaba el mismo bolso que todas las semanas.
Le dejó la casa, sus cuatro hijos y el sabor amargo de descubrir, de darse cuenta al fin, que esas casas deben dejar mucho más dinero que el que él les llevaba.

Que, entonces, nuestra propia casa no estaba terminada, no por falta de tiempo sino porque su corazón -y su bolsillo- estaban en otro lado.
Y me quedé sola. Y trabajé y terminé de criar a mis hijos.
Y un día empecé a salir y conocí a Ciro. Uno de mi zona, con gustos parecidos a los míos.
Y salimos. Y entramos. Y es muy bueno.

Y le pasé todas las boletas impagas de mi vida. Y me las recibió. Pero no pagó ninguna. Porque no están a su nombre sino al de mi marido. Que se llama José, me olvidaba.
Seguimos juntos. A veces se queda y a veces se va, porque tiene hijos. Algunos más que yo. Y me ha dado lo que no me dieron y no me sacó nada.

Pero José fue mi amor y mi vida. Y ahora está cerca de nuevo y quiere volver. Y estoy perdida entre estos dos que dicen quererme y haberme querido y que van a quererme.
(dicen que ) el tiempo todo lo cura, (y que) veinte años no es nada.

lunes, 23 de agosto de 2010

La foca y el diamante

-¿Y el día que María Rosa le dijo a Roberto: esto así no va más?
-Ese día él le respondió con una mirada de desprecio, escupió en el piso y se fue un rato al patio.
Hacía cuatro años que vivían así. En esa caseta semi derruida al final de aquel pasillo plagado de necesidades.
-Pero si María Rosa venía de una familia bien...
-Bien. Bien no es lo que vos querés decir. Pero el problema no era su procedencia sino haberse metido con ese tipo.
Roberto venía de una casa en donde faltaba el padre. Había mamado violencia desde la cuna. Pero él no era violento. Su padre había muerto de repente una mañana cuando él estaba en la escuela.
El chico era vago. Pero vago de esa vagancia que se aprende en casa. Que por ser el varón se le consentía todo y ni siquiera le enseñó a trabajar la madre.
Ahora a sus cuarenta no duraba en ningún empleo. Por tarde, por lejos, por mucho. Y María Rosa hacía lo que podía.
-¿Y a dónde va a ir una mujer con tantos hijos?
- ¿Y para que se cargó?
-Eso es fácil decirlo. Hay que estar. La violenta era la madre. ¡Les daba unas palizas a esos seis chicos! Cansada, frustrada. El pibe sacó un poco de todo y hoy por hoy le daba a su mujer lo que podía: Miseria.
-Qué triste fue verla cuando se la llevaban.
-Y sí. Pero fue ella misma la que llamó a la policía.
- ... Claro.

martes, 17 de agosto de 2010

Una sonrisa para Emilio

Emilio trabaja y estudia. Y entre su taller mecánico y los libros de leyes ocupa todo el día. Todo lo hace en casa y le va muy bien.
Pero desde que se levanta hasta que se acuesta está de malhumor. Ese que ella confundía con seriedad. Eso que tanto le atrajo de él cuando lo conoció en ese bar de pool. Y no puede hablarle hasta que él decida. Y no puede pedirle que le ayude con la casa y los chicos porque dice que las cosas de mujeres, las hacen las mujeres.
Vieja maldita. La suegra. Que no le enseñó que el cubierto que se le cayó al piso lo tiene que levantar él, y él tiene que reponerlo. Y maldita la herencia que le deja al nene, que no deja que su madre le enseñe a armar su cama ni a poner la mesa. Pero a ella no le importa tanto tener que hacer todo, tiene otras cuatro nenas que le ayudan. Le molesta su malhumor. Ese que ella confundía con seriedad. Esa seriedad que lo hacía ver como un macho protector cada vez que a su manera le hacía el amor . Ese malhumor que los pone a todos en alerta hasta que se le pase.
Pero no, hay días que no se le pasa. No le pega, ni le grita. Está de malhumor. Ese que ella confundía con seriedad. Ese malhumor que la está matando un poco cada día. El mismo que le hace desear que se vaya a la facultad todas las tardes. Y pensar que mejor si no vuelve.
Lo quiere, pero no como antes, aunque siempre fue así.
Es verdad entonces que, con el tiempo, terminamos por rechazar aquello que nos atrajo de alguien.
Ella quisiera que él cambiara, pero la gente no cambia.
La gente contagia.

Relatos ya publicados

Estimados amigos:
La entrada Aunque no estemos juntos es una de cuatro de mi autoría que ya fueron publicadas en otro blog. Hay otras dos, Una sonrisa para Emilio y La foca y el diamante, que tocan en algún punto un tema muy sensible para mí: La crianza de los hijos varones. La cuarta es Cuente su historia Victoria y las iré publicando en ese orden. No es que las musas me hayan abandonado, sino que ha llegado el tiempo de cruzar el túnel y mi cabeza estará pendiente de otras cosas. Así que les dejo Una sonrisa para Emilio y saludos a todos.

jueves, 12 de agosto de 2010

Aunque no estemos juntos

Y entonces le mandé flores al trabajo. Flores caras, de florería. No esos ramitos (hermosos por cierto) que solía comprarle en ese puesto en la plaza del centro que sacaba del asiento de atrás una vez que ella subía al auto.
Y le puse una tarjeta que mandé a escribir: Para la mujer de mi vida. Voy a amarte aunque no estemos juntos.
Y por la tarde nos vimos, y me invitó a su casa y cenamos.
Y no dijo nada de las flores y me invitó a quedarme, y yo accedí.
Y la desnudé y me desnudó.
E hicimos el amor como sabíamos hacerlo nosotros.
Y me abrazó.
Y cuando estábamos durmiéndonos le pregunté al oído: ¿Te gustaron las flores?
Y me abrazó de nuevo.
Y lloró. Pero no dijo nada. Ni yo.
Y nos dormimos.
Y al amanecer me fui antes de que ella despertara.
Y entonces tomé ese avión que me trajo hasta acá, donde tengo pensado comenzar de nuevo.
Y la dejé con sus flores en el trabajo, y el deseo de que se las hubiese mandado él y no yo.

lunes, 9 de agosto de 2010

Gracia y buen tiempo

Así decía la Felicitas cuando te devolvía el último mate.
Así, sin la ese.
Y seguía trabajando con una sonrisa.

Y así quiero que sea mi lunes.

Que este sol que anuncia buen tiempo me acompañe todo el día.
Que este cielo sin nubes te traiga gracia y buen tiempo.

Lunes otra vez. Que bueno.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Recupero

Siento que la recupero. Y que me recupero.
Lentamente levanto mi cabeza y me veo.
Me veo por fuera y descubro que sigo siendo el mismo.
Y que vuelvo a ser yo. Ese que estuvo desaparecido un tiempo.
El que pensó que aquel era el camino.
Y lentamente bajo mi cabeza y me veo.
Me veo por dentro y redescubro a ese que soy y al que quiero ser.
Y siento que me recupero. Y que la recupero.

Sí. Mi vida ha vuelto para quedarse conmigo.

miércoles, 28 de julio de 2010

Revuelto

El sol de la primera tarde me pega justo en la cara.
Una vez más interrumpiste mi almuerzo y no te importó.
Será porque a pesar de todo te quiero.
Mi Yo nos odia a los dos por igual.
Y me gusta porque es invierno.
¡Cómo estaba esa comida! Siento que me cae bien.
A vos porque no cambias y a mí porque siempre soy el mismo.
-A la tarde si puedo, te dije. Pero no te prometo nada.
Volver a la oficina es bravo. Sobre todo cuando sé lo que me espera al llegar.
Pero fui. Porque me lo pediste.

viernes, 16 de julio de 2010

Monólogo

- ... ...
- Sí. Sí.
- ... ...
- Dale, dale.
- ... ...
- Sí, no hay problemas.
- ... ...
- Bueno, quedamos así.
- ... ...
- Ok, dale. Nos vemos entonces.

Mientras el otro no entienda (lo que está pasando), no escuche (más que a su propia voz) ó no le interese (lo que hagan, digan, sientan los demás) Siempre será monólogo.
-

jueves, 8 de julio de 2010

Ni se detienen los pies

Y no me retienen esos ojitos negros, ni esa carita hermosa, ni esos hoyuelos que son la marca en el orillo de mi esencia.

Ni me retienen ellos a quienes, gracias a vos, ya no considero.

Ni me retenés vos de quien espero poder liberarme pronto.

Ni me retiene el retenerte, pues ya no espero nada.

Ni los recuerdos me retienen porque no vivo de ellos. Ni las amistades que me endosaste, ni la familia que no fue.

Me detengo debajo del dintel de la puerta sólo por respeto al tiempo transcurrido. No se escapa una lágrima, no se acelera el corazón.

Ni se detienen los pies...

lunes, 5 de julio de 2010

Salida

Me hablas pero no te escucho. En realidad sí, pero ya no entiendo lo que decís.
Parece que estuviéramos dentro de una piscina llena de agua. Vos sí, pero yo no puedo respirar más este aire que invade mis pulmones y me ahoga. Si no salgo de este lugar voy a morir.
No me hables. Ya no te escucho.

viernes, 25 de junio de 2010

Liberación

Afuera está sonando una vez más el Magnificat en el equipo de la vecina. Parece que le gusta. O que quiere aprendérselo. No sé.
Así me siento yo. Como la que canta. Liberado, henchido de júbilo.
No importa lo que pase, ni lo que pienses. Ni siquiera lo que hagas.
Mi espíritu se liberó.
Sí. Y mi alma se siente limpia.
Acepto de antemano las consecuencias de tomar esta decisión.
Decisión que no es puesta a consideración de nadie.
Mi espíritu se liberó.
Sí. Y mi alma se siente limpia.
Van a ser días largos y duros. No sé cuál será tu reacción ni sé si lo vas a entender, pero no importa. No me importa. Esperé tanto este momento. Liberarme. Liberarme yo.
Me siento como la que canta. De pie y con los brazos extendidos.
Mi espíritu ya se liberó. Lo demás será sólo un trámite.

miércoles, 23 de junio de 2010

Reunión.1.0.

El tipo no paraba de hablar. Con términos técnicos explicaba sólo las ventajas que obtendríamos si le comprábamos esos aparatos que harían virtuales aquellas montañas de papeles que el gerente indicó que deben desaparecer antes que finalice el ejercicio.
¿Por qué no se callará? Si la secretaria y yo ya sabemos que arregló con alguien de acá para que le demos a él la orden de compra y el cincuenta por ciento del total por adelantado.
¡Como me gustaría desaparecer un rato!
-Hola hijo.
-¿Mamá?
-Todavía sos el único que recuerda este día, por eso pasé a darte un beso y sigo.
-Mamá.....
-Bien señores, mañana entonces pasaremos a retirar la orden y el cheque y el próximo miércoles entregaremos los scaners.

viernes, 18 de junio de 2010

Oscuridad

De repente todo se puso oscuro. Muy oscuro. Las luces no encienden aunque el servicio funciona. Levanto las persianas y corro las cortinas. Afuera hay un sol grandísimo pero adentro no puedo ver nada. No puedo verte, ni verme.
-Eso pasa (dijo la voz de la mujer en la radio) cuando una casa ha dejado de ser un hogar.

miércoles, 16 de junio de 2010

El Zurco

Hola a todos: Hoy empiezo a abrir un zurco. Como esos que abría el viejo en su quinta para luego echar semillas que puedan germinar y crecer.
Este va a ser mi espacio. Van a haber historias y cuentos. Así que si querés, pasá a leerme, y si querés podés comentar. Voy a publicar además algunos relatos de mi autoría que publiqué alguna vez en otro blog.