-:-

Escribir es para mí una forma de metabolizar lo que me pasa.

Mezclando lo real con lo que imagino, intento seguir adelante.


miércoles, 20 de octubre de 2010

mdq


Viene hacia mí, lo reconozco. Y aunque salió de mí, tomó su forma, se construyó y tiene lo suyo, quiere además lo mío.
Mientras lo enfrento me pregunto por qué. Conozco la respuesta, quiero entender por qué.
Por qué
algunos a quienes tendimos una mano, quieren el brazo que no les pertenece.
Por qué si ayer no tenían nada hoy lo exigen todo.

Esto es mal de muchos. No pregunto por qué a mí.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Seguro

Y dale. Movete un poco que no llegamos. Que dije basta y todavía aguanto un rato más pero no abuses. Arrecia el tiempo y la tarde es corta. Que falta poco para la noche, y tengo tanto por hacer antes de acostarme a tu lado y amarte hasta dormirme, y soñar que con vos estoy seguro, y despertar y ver que no. Que a Seguro lo llevaron preso y seguro estoy de mí, y que si arranco cada mañana en tus brazos es simplemente porque te amo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Mind the GAP


Negando lo insostenible
Delgado por el metal
Bermejo cual leñador
Yáculo sígueme.

Ansioso como abstinente
Malpresagia in extremis orden
Otrora el destino fue
De rojos vellos ausentes

Como apremiado labora
Del día sus horas todas
Calma ninguna encuentra
Sólo en Sodoma.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sueño

Te vi.

Serena por vez primera.
Como nunca, tranquila.
Distante. Precisa.
Audaz.

Y la mañana que te sigue de lejos.
Constante. Madura.
Exacta en la decisión, los pies en la tierra.

Insufla un aire benigno el tiempo (tu amigo)
Invaden la tarde aromas de fresia.
Carretas del bien te acompañan.
Y nunca más sola (la suerte que cambia)

lunes, 4 de octubre de 2010

Desiderata y Adiós

Recuerdo perfectamente el día en que te pedí que dejaras de escribir aquello que querías decirme y podes pensar que ahora soy yo quien se refugia cobardemente en la palabra escrita para evitar mirarte a la cara y decirte todo esto que viene, pero estoy muy cansado de discutir, de gritar y de intentar que entiendas lo que quiero decirte, por eso es que te escribo esta, mi carta de despedida.

Voy a comenzar reconociendo la violencia psicológica que mi indiferencia y la falta de amor demostrada durante los últimos días te generaron. Sin interés de justificar nada, deberás reconocer algún día vos también que me sometiste durante un largo tiempo a lo mismo, quizás desde otro lugar.

Mi orgullo (y me pregunté una y mil veces el por qué) no me permite perdonarte por aquel episodio de hace tres años. Esa es la primera y principal causa de esta separación. No puedo seguir al lado de una mujer a la que por ese motivo lentamente he dejado de querer. No sos una mala mujer, no sos perfecta, tampoco tengo eso para ofrecerle a nadie. Pero nunca recibí una explicación convincente para el por qué lo hiciste ni para la protección que le dabas en lugar de cuidarme cada vez que reaparecía a molestarnos.

Por los distintos episodios de convivencia y la forma de vida dentro de tu casa hace rato que no me hago problemas. Sólo te los marcaba para que pudieras ver, pero qué más da, si a vos no te importaba. Mucho lamento que las situaciones sigan sorprendiéndote y que no tomes las riendas de tu vida.

No quiero volver a verte. Esto se terminó. Y no me esperes porque esta es una decisión tomada.

Ni te digo que te sientas libre porque vos misma te ocupaste durante estos cuatro años de recordarme que siempre fuiste así y eso quedó por demás demostrado. Sos una mujer libre, sólo fiel a sus propios sentimientos que hace únicamente lo que le parece y que pretende que el hombre que está a su lado debe sentirse a gusto viviendo de la forma que proponés.

Por supuesto que de todos los otros te queda el recuerdo de haberte sentido siempre una reina.
A los boliches y a los hoteles se va a eso. Y no lo aprendí de vos. Pero un amante no es lo mismo que un marido y el día a día es otra cosa, por eso tenés tan en claro que no entrará otro hombre a tu casa. Se ve que algo aprendiste.

Mi error fue quedarme a tu lado y pensar que el amor que nos teníamos sería suficiente para estar juntos a pesar de todo y de todos, pero soy un loco suelto que anda por la vida buscando aquello que lo haga feliz y todavía no puedo encontrarlo.

No me llames para hablar de nosotros. No lo intentes. Entendé de una vez que si nos hemos tratado bien durante este último tiempo fue sólo para poder llegar con vida a este día. Suena perverso y tal vez lo sea, pero es la forma que encontré para preservarme.

Me llevó lo que es mío y si dejo algo es porque considero que será de mayor utilidad en tu casa que en la mía. No necesito cosas. Para vivir necesito paz y tranquilidad, ni más ni menos que aquello que no pudiste darme.

Con la seguridad de que no te debo nada, de que por todo lo que me diste también te di yo, te agradezco de corazón el tiempo extra que permitiste que me quedara en tu casa.

Sí te deseo que tengas salud y que prospere tu alma. Que puedas encontrar tu rumbo y que seas muy feliz.