Me hablas pero no te escucho. En realidad sí, pero ya no entiendo lo que decís.
Parece que estuviéramos dentro de una piscina llena de agua. Vos sí, pero yo no puedo respirar más este aire que invade mis pulmones y me ahoga. Si no salgo de este lugar voy a morir.
No me hables. Ya no te escucho.
Hola David, quiero felicitarte por tan lindo espacio que generaste, me gustan tus escritos y por llegarte hasta mi blog, que siempre estan las puertas abiertas para quién quiera visitarlo.
ResponderEliminarUn abrazo Neuquino!!
Caly
No sé por qué, pero es inevitable sentir lo mismo que vos cuando te leo, increíble!
ResponderEliminarEsa es la magia! ;)