Esta luna que testigo ha sido/de mis largas noches y de eternos días/ha venido a acompañarme al hallazgo del amargo desencanto de encontrarte en otros brazos.
Sabe Luna que el marchito amor no reverdece/que es mejor partir en este tren que hacia mí viene/que entregarme al destino de morir un poco cada día sin tí.
El amor, es como un cigarrillo.
ResponderEliminarSi se apaga, puede volver a encenderse.
Pero ya no es lo mismo.
Bien escrito.
Un abrazo.
Cuanta tristeza se desprende de tus versos, ánimo amigo, ya todo cambiará!!
ResponderEliminarUn abrazo!!
Gracias Caly, pero mis versos no siempre, por no decir que casi nunca, hablan de mí.
ResponderEliminarCompartimos tantos secretos (reales o imaginarios) con esa dama maravillosa...
ResponderEliminarBss!