Amanece. Aunque para nosotros ya había amanecido una hora antes cuando tu piel rozó la mía y me despertaste (y me despertaste)
Esa pava que compré hace ruido desde el comienzo, nunca sabés cuando está el agua. Y el aroma del pan y el perfume de tu piel.
Un mate más, dale. Y espera que te llevo así estamos juntos otro rato. Es tan largo el día y tan corta la tarde. Pero después vuelve la noche. Y siempre amanece.
Qué preciosura Dav. Me hiciste acordar a "es tan corto el amor y tan largo el olvido" del Poema XX de Neruda. Aunque amanezca, siempre, la tarde y la noche deben ser la luz. Pese a que sea durante el día cuando más alumbre para los demás.
ResponderEliminarBeso grande!
Que bueno, los aromas del amanecer el trinar de los pájaros que nos anuncian que ahí afuera hay vida. El mate, fiel compañeros de todos los momentos. Que lindo relato y más cuando se comparte con el ser amado.
ResponderEliminarUn abrazo amigazo!!
"Siempre amanece"
ResponderEliminarBuena imagen.
Un abrazo.
Woaww! Me encantó Dav!
ResponderEliminarAbzs!
Male.
(Cndo puedas te espero acá, en:
http://matesysonrisasfelinas.blogspot.com)
que bello poema doméstico, de ese amor de todos los días, regado por la ternura del mimo cotidiano, ese que alimenta el amor.
ResponderEliminarhermoso David
Muy bueno, David. Estás inspiradísimo!!!
ResponderEliminarAmanece, siempre, como leí por ahí, y los amaneceres de los sábados son fabulosos.
Saludos.